Escenario de la famosa batalla de Rande en el 1702, la ensenada de San Simón fue testigo de cómo navíos anglo- holandeses se enfrentaban contra otros hispano-franceses.
Fue el 23 de octubre de 1702 la fecha clave en la que la flota de galeones españoles, que navegaban cargados con un enorme envío de tesoros procedentes de América, buscó refugio en la ensenada de San Simón arrojando dichos tesoros al agua para evitar que cayeran en las manos del enemigo. No se conoce en qué punto exacto de la descarga estaban los navíos cuando la flota anglo- holandesa descubrió el escondite de dicho cargamento.
La entrada a la famosa ensenada se reforzó con cañones de los propios barcos que se ubicaron en los castillos que había a cada lado de él. Para cerrar el estrecho, se tendieron cadenas dejando la carga española rodeada por barcos de guerra franceses. Sin embargo, las tropas anglo- holandesas conquistaron por tierra los castillos que defendían dicho estrecho, abriendo el paso marítimo y dando lugar a un ataque naval de las tropas enemigas.
Gran parte del cargamento de oro, plata y otras riquezas acabó en el fondo del mar. Los atacantes saquearon a mayores Redondela y la isla de San Simón, quedando solamente la ciudad de Vigo protegida gracias a su muralla y sus defensas.
Actualmente, todavía se mantiene viva la búsqueda de los galeones hundidos y sus correspondientes tesoros, sirviendo de inspiración escritores como Julio Verne en su famosa novela “20.000 leguas de viaje submarino”.
La ensenada de San Simón protagonista de la novela de Julio Verne
Es el capítulo 8 de la segunda parte en concreto, titulado “La Bahía de Vigo”, en el que el Capitán Nemo se enorgullece de narrar a Aronnax una detallada explicación de la Batalla de Rande, afirmando lo siguiente: “Pues bien, señor Aronnax, estamos en la bahía de Vigo, y sólo de usted depende que pueda conocer sus secretos…” El famoso capitán narra como los buzos del Nautilus rescatan cofres repletos de oro y plata del fondo de dicha ría, haciendo una representación ficticia de lo que realmente estaba ocurriendo en esa zona en la época.
Verne hizo eco de la historia de Vigo y de la batalla de Rande y de la tecnología submarina que se estaba usando para localizar los galeones hundidos, en medios académicos franceses. Todo ello fue una de las principales fuentes de inspiración para su Novela, en la que data del 18 de febrero de 1868, la imaginaria visita del Nautilus a los fondos de la Ría de Vigo.
fuente: turismoriasbaixas.com
El escritor estuvo en dos ocasiones en Vigo, siendo la primera en 1878, nueve años después de que publicara su famosa novela. Su estancia, que fue una visita improvisada debido a que el yate de vapor en el que viajaba tuvo que fondear en la Ría para protegerse del temporal, duró cuatro días. Su presencia en la ciudad fue todo un acontecimiento, haciendo que la alta sociedad se volcara en agasajar al autor que más universalizó la ciudad olívica. Fue así como Verne participó en las fiestas de la Reconquista y se convirtió en un vigués más.
Desde ese día, Vigo ha dedicado dos estatuas a Julio Verne, una de las cuales se puede ver en la isla de San Simón, portando una placa dedicada al Capitán Nemo y su tripulación.
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