El parque nacional de las Islas Atlánticas es un espacio natural protegido que se compone de varios archipiélagos. Algunos de ellos desconocidos incluso para los habitantes de la localidad. En el artículo de hoy, te contamos 10 curiosidades de estas maravillosas islas que quizás no conocías y que forman parte de su esencia y de su historia.

Único parque nacional marítimo-terrestre de Galicia

El parque nacional de las Islas Atlánticas de Galicia es uno de los dos únicos parques nacionales marítimo-terrestres que hay en España y el único que hay en Galicia. Esto se debe a la riqueza de su biodiversidad marina y terrestre que presenta un valor cultural y natural muy alto. Se trata de una zona virgen que apenas ha sido alterada por la mano del hombre y que posee una flora y fauna singulares y unas formaciones geológicas únicas.

Un microclima singular

En las Islas Cíes e Isla de Ons, se puede disfrutar de un microclima que se caracteriza por tener unas temperaturas que son más suaves que en la costa. El verano es un periodo de sequías en las islas debido a la escasez de lluvias. Su clima es más similar al clima mediterráneo que al clima oceánico típico de Galicia. Por eso, en ocasiones puede variar su temperatura respecto a las ciudades costeras aledañas como Vigo, Cangas y Bueu.

El mayor bosque de laurel de Europa

El bosque de laurel más grande de Europa se encuentra en la isla de Cortegada, una isla que forma parte del parque nacional de las Islas Atlánticas y que está situada en la ría de Arousa. Esta isla es un espacio natural de enorme valor vegetal, en el que se incluye un bosque que posee dos hectáreas y media de laureles.

Un lugar ideal para el snorkel y el buceo

Las Islas Cíes son el lugar ideal para descubrir la rica vida marina que hay en esta zona del Atlántico. Puedes hacer actividades acuáticas como snorkel o buceo de forma independiente o contratar los servicios de clubes o empresas de buceo que hay en la zona y que te ofrecerán todo el material que necesitas. Entre los animales que puedes observar durante la actividad se encuentran mejillones, percebes, bogavantes y erizos de mar. Además, si tienes más suerte, te puedes encontrar algún caballito de mar e incluso arroaces nadando cerca de ti. 

La potencia del faro de Ons

El haz de luz del faro de la isla de Ons tiene un alcance de 35 millas, lo equivalente a 46 kilómetros. La magnitud de su alcance lo ha convertido en uno de los faros de mayor alcance de España. Asimismo, el faro de Ons es uno de los pocos faros de España que siguen estando controlados por un farero.

Los herminios y las Islas Cíes

Cuenta la historia que las Islas Cíes sirvieron de refugio a un grupo de guerreros de un pueblo celta del norte de Portugal, los herminios, que llegaron allí huyendo de los romanos que asediaban la zona. Desafortunadamente para ellos, las tropas de Julio César llegaron a la isla del Faro y les forzaron a rendirse. 

Control sanitario en las Cíes

En las Islas Cíes, se estableció un puesto de control sanitario provisional que tenía como objetivo inspeccionar a la tripulación de las embarcaciones que se dirigían al puerto de Vigo. En este puesto, prestaban especial atención a aquellos barcos que procedían de las Américas y realizaban chequeos médicos a los que estaban a bordo para prevenir que tuvieran enfermedades infecciosas que se pudieran propagar por el país, como la fiebre amarilla. Este puesto estuvo en funcionamiento hasta la construcción del lazareto de la Isla San Simón en 1842.

Fábricas de salazón

En el año 1800, se construyó la primera fábrica moderna de salazón de pescados en la Isla de Ons, pero esta no fue la primera vez que sus habitantes se dedicaron a la explotación de este recurso. En el siglo I, durante el Alto Imperio Romano, las personas que habitaban esta isla ya se dedicaban a esta actividad. Prueba de ello son los restos de dos factorías romanas localizadas en la playa Canexol.

Propiedad de la Iglesia

Las Islas Cíes pertenecieron a la Iglesia católica durante varios siglos. En el año 899, el rey Alfonso III las donó a la catedral de Santiago. Allí, convivieron comunidades religiosas que practicaban la agricultura y la ganadería: cultivaban centeno y trigo y cuidaban cabras, ovejas, cerdos y gallinas. Entre los siglos XI y XII, se construyeron dos conventos que fueron derruidos por los normandos durante un ataque a la isla. El abandono definitivo de la comunidad eclesiástica se produjo entre la Edad Media y la Edad Moderna motivado por los ataques continuados de los piratas. 

La sirena de la Isla de Sálvora

 Una de las leyendas de la Isla de Sálvora cuenta que, hace mucho tiempo, apareció una sirena en la playa de la isla. Un caballero llamado don Froilaz la rescató de la playa, se casó con ella y tuvo un hijo al que llamó Mariño. La sirena era muda y don Froilaz estaba preocupado por esto. Un día, se dirigió al abad, le contó su problema y el abad le aconsejó que le diera un susto muy grande que le ayudara a recuperar su voz. Al día siguiente, don Froilaz acercó a su hijo a la hoguera para que la sirena se asustara y hablase. Así, consiguió que la sirena emitiera su primer sonido. De esta historia, nace el origen de la familia de los Mariño, quien fue la primera propietaria de la isla. 

Las Islas Atlánticas son un verdadero paraíso natural que ha vivido todo tipo de sucesos históricos y que sirve de hábitat para cientos de especies que conviven tranquilas gracias a la protección de las mismas. Si quieres conocer más sobre ellas, te animamos a que reserves un tour en Mar de Ons y descubras más curiosidades como las que te hemos contado en este artículo.